Cuando llegaste al barrio
aparecieron en el cielo decenas de aviones
y helicópteros sobrevolando la ciudad
pero nos dió igual
porque nosotros hablamos de la revolución
Al desayunar hablamos de la revolución
y en el coche, camino a Robledo de Chavela, también
en el rio Cofio
subiendo y bajando, por la ladera de la garganta
hablamos de la revolución
en la orilla
-estoy seguro de que un pez, una rana y la montaña nos miraban-
hablamos de revolución
en la plaza del ayuntamiento, tomando dos cervezas
hablamos de revolución
en la carretera oscura hacia Mandril
hablamos de revolución
junto a mi piso, en una terraza comiéndonos un animalito,
hablamos de revolución
y de algunas guerras civiles entre hombres y mujeres
Y antes de despedirnos, al acompañarte al coche
antes de nuestro abrazo de 3 ó 4 segundos
me hablaste de tus clases de claqué
y mis ojos se abrieron como platos
como cuando abrí la puerta y Luis me esperaba con unos porros
que nos fumamos
mientras hablamos de la revolución
y me acosté con una sonrisa de placidez pensando en ti
No hay comentarios:
Publicar un comentario