viernes, 31 de marzo de 2017

Descenso en piragua al mismo centro de la mente

Tú, la de la otra orilla,
yo, el que te saluda con el sombrero.

Te llamo,

ahora sólo queda saber si te darás la vuelta
o si caminarás hacía la bruma.

Detente.

Si sigues por ese camino, no te reconoceré jamás,
y a mí, me arrastrará la corriente.








¿Y si matara a ese imbécil?

¿Y si matara a ese imbécil dispuesto mutilar el paraíso?

Dan ganas.
Pero no seré yo quién inicie el declive.
Tendré que convencerle.

Que aquí no se precisan casitas de madera,
que puedes vivir en la copa del árbol, si quieres,
que la temperatura es siempre estable,

ideal para dormir desnudo.

Si quieres una casa donde volver, olvídalo,
y búscate un amante.




Alguien trata en vano de talar un árbol del paraíso

¿No oís los golpes?

Toc, toc, toc.

Allí está nuestro hombre, en el bosque, tratando de talar un árbol,
pero le falta el hacha.

¿Cómo diablos íbamos a descubrir el hierro?

Eso nos salva.

Mucho tiempo antes de llegar al paraíso,
dejé de escuchar el golpe del hacha o el crepitar del fuego sobre el bosque

y sólo oía el grito de horror de los árboles ardiendo
mutilados por el hacha.

Notas de Pablo sobre el último poeta

Olvidémosle.

No está.
Murió.
Vivió para nada.

Iba decir que al menos nos queda su obra,
pero es falso,
se vendió al peso, como papel.

Así que cuando desenvuelvas el pescado
o compres la prensa
o escribas desde un campo de refugiados tu historia, 
en un rollo de papel higiénico,

habrá un poco de él.

Es lo que tiene el pasado,
que adopta múltiples formas.







jueves, 30 de marzo de 2017

Una familia de terroristas

Se sabe poco de ellos,
aunque de vez en cuando salen en el telediario,

viejos retratos de hace 20 años.

La vida en solfa,
siempre huyendo.
Recorriendo el país con nombres falsos.

Quizá pensaron demasiado en alto.

Y sin embargo son dulces e inteligentes

Yo les he visto bailar después de la cena,

antes de  hacer las maletas.





Hubo otros antes que Pablo

Existieron otros antes que yo.

Han muerto todos
Al último lo encontraron en su cuarto
rodeado de sus propios libros que jamás vendió.

Cayó fulminado.
Su corazón se quebró.
Pobre,
pobre,
pobre.

Trabajaba en la administración,
vivía con su madre,
y esperaba a la noche
para escribir sus poemas.

Tres al día.

¿Qué vida tan miserable, verdad?

Arrastrado siempre en contra de su propia naturaleza. 
Vivió para nada, y lo supo.

Eso eran los hombres.








¿Por qué nadie se aburre en el paraíso?

No olvidemos que somos mortales.
Que en cualquier momento caeremos fulminados sobre este manto de yerba,
a la orilla del rio,
bajo el frutal.

Vamos a morir.

Pero mientras tanto ni uno solo de mis vecinos tiene más poder que yo.
Tampoco tiene menos.

Recogemos leña para la noche,
para hacer lumbre,
para ver a los actores.

Recuerdo que me aburría en el trabajo, en ese país de los objetos y las cosas,
que ya estoy olvidando.

¿Por qué nadie se aburre en el paraíso?

Por eso mismo, porque no existe el trabajo.






miércoles, 29 de marzo de 2017

El asalto del Olimpo durante la madrugada

Pronto volveré al trabajo.

Ayer me faltaba aire, durante al siesta,
antes de ayer, en la biblioteca.

Solo con pensarlo boqueo como un pez.

Me avergüenza arrodillarme ante la diosa fortuna,
solicitarle compasión,
que me acaricie la frente,
y me elija a mí, en vez de a otro.
Qué humillación.

Mejor sería enfrentarme a los dioses, aunque sea a escondidas,
irrumpir en el Olimpo, enmascarado,
mientras duermen.

Llevarme la vajilla dispuesta para la ambrosía o el néctar.
Que se vayan a sus casas Hebe y Ganímides.
Ya han hecho suficiente el canelo.

Que despierten los dioses en su pesadilla:

que el vellocinio, que colgaba del árbol de la vida,
haya sido devuelto a los hombres,

y las cadenas de Prometeo se hayan roto para siempre.






lunes, 27 de marzo de 2017

Recuerdos de Moloch

Qué pena, ¿no?

Cuantos años y horas en el trabajo, y cuando uno escapa de Moloch,
nuestro cuerpo ya pesa demasiado,
si es que no ha muerto.

Apenas se habla de ello,
pero es como si jamás hubiera existido.

Lo primero que caen son los recuerdos, sin duda.

Se disuelve a gran velocidad el pasado.

Miramos atrás.

Y podemos decir, en voz baja,
para no sentir el horror del vacío,
que los tiempos en el vientre de Moloch fueron brumosos. 

Qué absurdo fue todo.

Si es que tienes el valor de decirlo.







El pasado está desapareciendo

A medida que transcurren los días en el paraíso,
el pasado se disuelve.

Las mismas palabras van cambiando.

Ya no soy el mismo.
Todo lo que aprendí, aquí no sirve.

¿De qué hablar entonces?

La añoranza también se pierde.
Tratamos de mirar al pasado, cada es más brumoso,
será porque tenemos otros ojos.

Ahora que lo pienso, que absurdo era todo.









Desde hoy seré carroñero.

Bambi jamás morirá.
Este es el acuerdo.

Desde hoy seremos carroñeros.

Miro atrás.
Y descubro con cierta preocupación que el pasado, está desapareciendo.








De momento todo está en calma.

La tranquilidad de los días,
ha aminorado la ansiedad de prender fuego al paraíso.

Al desaparecer los objetos, hemos ido olvidando las reglas.
Ya no hay libros, recuerda.
Ni un simple título que demuestre quién eres. 

Cuando regrese la historia, jamás habremos existido.
Y el paraíso, será eso, un simple ensueño.












¿Por qué soy verde?

 "¿Por qué verde, en vez de azul o marrón?" - Me preguntas.

Nada tiene que ver la familia,
Ni el azar.

El último poeta morirá pronto,
y antes del que el segador regrese había construir otro nuevo.

Verde, por ejemplo, para diferenciarme del resto.

Verde, para verme a lo lejos.

Escribo mis poemas desde que me levanto hasta que cae a noche.
En mi pequeño estudio,
en el parque,
aunque a veces voy a las cafeterías románticas del  centro o al starbucks
a tomar notas.
Allí donde llegan los turistas, aparezco yo, ensimismado.

Y me hacen sus fotos.



Recuerdos infantiles de Pablo

Soy la perla verde que deseas, no lo dudes.

Nací a los 23.
Mohoso, pero muy guapo.
Sin infancia.

Me recuerdo en una probeta enorme.
Saludando a unos señores con bigote.







domingo, 26 de marzo de 2017

Sobre una hipotética colección de máscaras

Todavía no existe, pero desde ahora comienzo a vislumbrar mi colección de máscaras.
Nada esconden, pero desprenden la realidad, lo que permanece oculto.

Qué menos que cien máscaras al año.

Pero,
¿cómo hacerme responsable si te las pusieras?






Léeme bien.
Ponte las gafas si es preciso para encontrarme en la letra pequeña,
en el apartado del tiempo,

donde el gran segador se lo lleva todo.

Si pudieras disfrutar de mí como si fuera un juguete,
observando mis diminutos sueños
donde te cuento mis fantasías.

Para nada has de creértelas,
pero si las echas un poco de amor

comenzarán a brotar y tener su forma.

Lo ves.
Ahora son tuyas.
















Fotografías con la mente

Ni idea qué edad tendría entonces,
ocho o nueve años, quizá.

Echaban en la tele una serie de un robot humanoide,
en horario infantil, 
que tenía memoria fotográfica.

Y yo hice algo parecido.

Comencé a fotografiar el mundo con la mirada
Era un experimento durante una mañana, clara.

Abrí y cerré los ojos como si de un obturador se tratara,
y funcionó.

Quedó grabado todo.

El coche,
la puerta,
el volante,
algún pequeño detalle:
la manivela que bajaba y subía la ventanilla.

Y desde entonces nada,

aunque me hubiera gustado
retratar con la mirada a mis amigos.
Decirles, "Espera, te voy a hacer una  foto con la mente",

y abrir y cerrar los ojos para sorpresa de todos.


.






sábado, 25 de marzo de 2017

Mientras deliberan se han olvidado de la muerte,

querían entretenerse recogiendo violetas que crecían junto al rio,
pero para qué.

Allí están bien.

Cantan melodías que nunca habían escuchado.
Miro sus ojos:

quizá son los de Constance justo al final de la película.















Algunos detalles de Pablo

Pablo es verde,
ensimismado,
amable.

Se asoma al balcón.

Desconoce el mundo.
Ni siquiera sabe del misterio de las bombillas
y de sus roscas,

y qué le importa.

Él escribe para el cosmos,
para el músculo, la risa,

con muchas faltas de ortografía.

Y qué le importa.

Él está vivo.

Ha salido el Sol.

Los viejos poetas han muerto
y ha nacido el poeta nuevo



A las cosas bellas


 En el gran desfile de las caras quemadas,
de las piernas rotas,
de las almas quebradas,

arriba pompones,
sombreros al aire,

millones de viejos recorren las calles,

lancemos confeti desde los balcones.













viernes, 24 de marzo de 2017

Retirarme del mundo cruel.

Sólo quiero retirarme del mundo cruel,

del trabajo, que me mata.
Con el fin de semana tengo de sobra.

Por un momento, he pensado en olvidar a las mujeres,
y sublimarlas en el trabajo.

Qué absurdo,
¿no sería mejor lo contrario?






Inventos para un Mandril invernal

La cama para diez personas.

Trenes y autobuses circulares, con su diminuta biblioteca,
para pasar el día dando vueltas por la ciudad.

Asientos para el amor.

La semana laboral de 15 horas.

La llegada de Nuestra Señora.

Lo aterrador no es tanto la sed de destrucción,
que también, 
si no que no atisbo ni pizca de imaginación.

Y sin embargo, llegará a tropel, inesperadamente.






El primer día de Pablo en la Tierra

Nacer con 23 años
evita arrastrar los traumas de la infancia.

Allí estaba Pablo,
con su cuaderno y su lápiz.
En un cuartito del centro,
con lo preciso para la vida:

una ventana,
un rayo de sol
y una cocinilla.

De repente sintió el impulso.
Y escribió la primera letra.
Después la palabra.
He inició un canto escrito.

Y como en el experimento, fue un completo éxito.





Deliberación

Mientras deliberamos si matar a Bambi y talar el bosque,

de repente, me he acordado de ti.

Estarás en algún lugar del gran Mandril,
en esta ciudad gigantesca y sin límites,
y que por cierto, ya no existe.

Estarás desnuda, imagino, a no ser que la renaturalización de la ciudad,
tan solo haya afectado a Carabanchel Alto.
Pero yo sé que el mundo se ha cubierto de un extenso e ilimitado manto de yerbas preciosas.

Es tontería, en caso de cambio de paradigma,
activar el plan de huida que habíamos diseñado.
Queríamos escapar al campo, ¿recuerdas?,
para salvaguardar la inteligencia y nuestras vidas.

El campo se encuentra por doquier

Y no tenemos ni siquiera una bicicleta para encontrarnos.
Fíjate bien,
no existe la rueda,
ni un simple camino.
Aquí mismo, en este mismo lugar, se da todo lo que precisa la vida.

Mientras la deliberación continúa sobre si es necesaria la matanza,
veo a mis vecinas
ciertamente contentas.

Es tan agradable la noche de marzo,
que deberíamos haber inventado ya el vino.















jueves, 23 de marzo de 2017

Pablo abrió los ojos

Pablo había sido creado
a imagen y semejanza del último poeta sobre la Tierra,
aunque era un poco más alto
y su tez verde mohosa,
en vez del macilento rostro del difunto.

Abrió los ojos y miró su cuerpo desnudo.
Flotaba suspendido en un espeso fluido amniótico,
en el interior de una enorme probeta de laboratorio.

Carecía de sexo.

Por lo demás, era idéntico,

pero él, era feliz.






miércoles, 22 de marzo de 2017

Primera asamblea en el paraíso

Mis vecinos se aburren.
Algunos quieren comer carne,
dicen estar hartos del maná.

Yo les invito al vegetarianismo.
Ellos dicen que han visto a Bambi correteando y saltando en el prado.
Yo les digo que, tras el primer corzo muerto, se iniciará la matanza.

Ellos dicen que quieren talar el bosque,
que les apetece vivir en cabañas de madera unifamiliares.

Tiembla cada uno de los músculos de mi cuerpo, tartamudeo, me falta el aire.
Me levanto.
Tomo la palabra ante la asamblea, y digo:

"Hace una temperatura agradable para pasear desnudo a la intemperie"

Esta es la realidad, pero no convence a nadie.


lunes, 20 de marzo de 2017

Odontología futura

Tengo suerte en mi barrio,

hay tantos pájaros que el cepillo de dientes y el flúor
han caído en desuso.

Abro la boca en este día de Sol,
y se posan en mis labios.






Aviso a los comediantes

Comediantes,

tened cuidado, ¿o acaso no habéis visto los carteles que anuncian
que debéis llevar una estrella reciclada, con una hache en vuestras solapas?

La gracia está con vosotros.
Ese chiste rompe el velo que oculta la realidad,

y tras él aparece un monstruo desnudo.





Todavía no se ha iniciado la rueda del horror.

Imagino que todavía nos encontramos en estado de schock,
 además de la suerte de vivir en un vergel,

ya sabes,

tan sólo hay que alargar la mano para alcanzar el fruto.
Que la naturaleza sea tan prolija, quizá haya evitado algunas muertes.



Teoría sobre cómo pudo crearse el paraíso


 Algunos creen en unos  dioses 
que nos han gastado otra de sus delirantes de sus bromas.

Pero no existen.

Mi teoría es la siguiente:

que el tiempo se ha dado la vuelta cruzándose consigo mismo,
y lo real, se ha solapado con lo primigenio,
fulminando algunas de las partes de lo horroroso.

Cosas de la física.

Y en esta interconjunción, ha salido esto.

Todo podría haber sido peor,
 pero también, inconmensurablemente mejor.




domingo, 19 de marzo de 2017

Lo primero que habría que hacer en el paraiso

Ir en busca de los otros.

Convocar la asamblea.
Encontrarte.
Antes de que la depredación vuelva a hacer de las suyas.


En el día del padre

Demasiado extraño sería ir en busca de un padre a mis 48 años
que me adopte.
Abrir una botella de vino,
juntos,
en este día.

Si acaso puedo recordar al mío
y que engendró a once,
que estuvo en las guerras y fue consumido en parte por Moloch,
como yo.

Por otra parte nunca tuve hijos,
aunque, eso sí,  tengo alguna criatura:
creaciones delirantes, metáforas, personajes, cosas de la ficción y la fantasía,
que adoptaron algunas de las formas de la realidad:
palabras, trazos de dibujos, por ejemplo,
que viven conmigo de momento,

pero algún día, podrían irse de casa.

Me encantaría que se emanciparan y recorrieran el mundo,
que llamaran a la puerta de tu casa,
y se quedaran contigo.

He preparado unas lentejas para hoy,
y comeremos juntos,

como casi todos los días. 


sábado, 18 de marzo de 2017

Siempre, oh, usted, el innombrable,
me deja un buen sabor de boca al despedirnos.

Un regusto dulce,
el placer atropellado de las palabras
y de algunas cervezas.

Tengo tantas cosas que contarle:

El libro que leí,
algún proyecto a medias, entusiasmante,
el miedo a que llegue Tánatos, inesperadamente,
o el terrible Moloch.
Las cosas de la vida.

Me entretengo de vuela a casa pensando en usted,
en alguno de sus gestos, como siempre.





Thanatos se va de un Carabanchel recuperado para la vida

¿Cómo salvaguardarlo?
¿Cómo evitar que el paraíso se convierta en un campo de batalla?

Si Eros se estableciera en estas recién descubiertas tierras,
quizá no fuera preciso el regreso a ese estado de reposo continuo inorgánico.

Invitaría a Thanatos, durante su última noche en la Tierra,
para celebrar su despedida al alba
antes de la llegada de los primeros rayos de Sol.

Y nunca más volveríamos a vernos,

o eso espero.







¿Dónde están los mapas?

Esto debería ser Carabanchel Alto, pero es imposible encontrarlo en el mapa,
porque:

A) Carabachel ya no existe.
B) Los mapas han desaparecido de la Tierra.
C) No hay ningún punto de referencia.

Y aun así debería salir del barrio, si es que a esto lo podemos llamar barrio.
No sé cuanto tiempo tardarán en matarme mis vecinos.
Quizá nunca, mientras sigan siendo vegetarianos,
y puedan perderse por el bosque.

Por si acaso debería encontrarme con mis amigos,
la familia, pero,
¿dónde están?

 


jueves, 16 de marzo de 2017

Tranquilo, piensa. Qué hacer.

Pensemos.
No perdamos la calma.

Todo se ha evaporado.
nada queda del barrio.

Los prados y bosques se repueblan a sí mismos
La avenida ahora es un rio.

Mis vecinos andan desnudos, enloquecidos.
Creen que ha llegado el desastre.
Se arrodillan .
Pierden clemencia a los dioses.

Los corzos
se acercan a mi lado
y me observan con esos ojazos de vida.

Las pulsiones me siguen atravesando.
Tengo apetitos.
Las locas fuerzas del cosmos mueven cada uno de mis movimientos.

Me resisto a convertir el paraíso en un cementerio.
Yo no seré el primer asesino.

Miro a mi alrededor.
Quizá pudiéramos convertir el paraíso en un comunismo primitivo.

No surgiría de la nada.
Tengo en la memoria el recuerdo de 20.000 años.
Quizá pudiera rescatarse algo.



Aviso a los vivos

No quisiera entregaros malas noticias
-ya sabéis qué ocurre con los mensajeros-

pero es que vamos a morir todos.

Entiendo que a veces hay sacrificar nuestro cuerpo,
pero esto sólo debería ocurrir por las cosas bellas.
Por un gran motivo,
para evitar que el gran meteorito impacte contra la Tierra,
y el recuerdo de nuestros antepasados se pierda al instante.

Pero no, al final el sacrificio es por lo ridículo.
Levantamos las manos y extendemos los brazos,
y nuestro pecho se dirige enloquecido al puñal de Moloch.
¡Ay, la barbarie!

Pobres de nosotros.
Cuánta tristeza me impregna, humanidad, sólo con pensarte.

Hoy hace un día precioso.

Y sin embargo hay un hombre en la oficina.

La pregunta es,
¿si no estuviera él, todo sería peor?






Sueños

Moloch, qué te creías, ¿qué ibas a devorarme?
Ajá.
Imposible imaginar, eh, que guardaba un décimo de lotería en el bolsillo.

Es verdad que no he visto tu destrucción completa,
tu sustitución por el estado de flujo y el juego.

Pobres de nosotros,
arrinconados por el embrujamiento de tu nombre.
Sacrificados al adorarte.

Pero yo tengo un décimo de lotería.

Si, un monstruo como otro cualquiera,
porque todavía no ha llegado el tiempo de Nuestra Señora.











martes, 14 de marzo de 2017

La imagen que devuelve el lugar donde trabajo sobre mí,
es la siguiente:

la de alguien que no existe.

Cómo iba a yo a existir.
¿No os dais cuenta de que mi trabajo se ha disuelto?.
Si es que no me crees, busca en los libros de historia, a ver si lo encuentras.

 ¿Acaso existió el esclavo que murió tras el latigazo vigésimo noveno
ante la mirada de sus ocho hijos,
por haber robado un trozo de pan para ellos?

Ni una sola linea.
Un silencio.
Si acaso ese fuera el eco de las ruinas

Pero todavía estamos a tiempo. 







Bambi salva su vida por los pelos en el Edén

Mira mis ojos, Bambi.
Mírame a mi:
yo, el que debería cortarte el cuello.
Me lo dictan mis ancestros. 

Sería el primer asesinato en el paraíso.

Suerte que no existen dagas, ni cuchillos.

Vete.
Corre por el inmenso prado.

Que no dejaré ruina tras de mí.

Que comeré de las yerbas


lunes, 13 de marzo de 2017

Aparición de Bambi en el paraiso

Esto no es el cielo.
Sangro.
Tengo apetitos.

Que todas las cosas se hayan desvanecido
y en su lugar aparezca este inmenso manto de yerba,
no quiere decir que ahora sea el inmortal.

Más bien soy el animal,
atravesado por millones de pulsiones.

Ya está, ha aparecido Bambi.
 Es la encrucijada,
el lugar entre dos caminos.




 



Ya no sé que hacer más
para que mi conjura a favor del tiempo resulte exitosa.
Para que nadie pierda más su vida haciendo el canelo.

Como último remedio abolir el calendario y el reloj,
algunas cuantas leyes. 

Lo que no puede ser es que nos dediquemos a insultar a los muertos.
Por cada día perdido,
ellos ocultan su rostro de vergüenza.





"El País" nos odia, También nos odia el resto de los periódicos impresos,
como todas las televisiones y radios.
La voz.
El gran megáfono.
Lanzando palabras para demonizar al Partido Democrático,
el de la plebe.

Para ellos somos el mal.
Debe ser que sienten que peligra su estatus.

Nosotros, los que pasamos la tarde en el parque ensoñando un mundo más amable.
respirable,
sin  la amenaza constante de la autodestrucción programada.





domingo, 12 de marzo de 2017

Como si el parque se hubiera extendido sin límite.

Todos andamos desnudos, ni siquiera la ropa se ha conservado.
Ni una herramienta, ni un simple destornillador.
¿Será así el mundo a partir de ahora?

Como si se hubieran quebrado todos los apresamientos
y una ola incontenible de lo vivo repoblara cada milímetro renaturalizando todo el paisaje.
Me preocupan los libros,
las bibliotecas.
Ya no las veo.

Tengo que ir al encuentro con los otros.
Me pregunto cuanto tiempo tardará en llegar el primer muerto.
Ese momento en el alguien alguien destrozará con una piedra un rostro.



La casa que quiero podría parecerse a esta,
quizá menos desordenada
y sin la necesidad de ser chantajeado continuamente por una renta.

Quisiera abrir la ventana durante el día y descubrir
que los coches, han decidido perdonarme la vida
y desenloquecer. Jamás volverán a arrancarme el sueño por las noches.
Y en esto, que el paraíso comienza a brotar en este mismo centro del salón, 
y ha de extenderse por todas las partes del mundo.

 Por lo demás, la casa que quiero, no puede resolverla ninguna arquitectura posible.
O sí.

Pues se trata de que las mismas paredes me alimenten,
que en ningún momento pueda verme envuelto entre las melancólicas fuerzas del desasosiego,
sin pretenderlo.










Vaya locura que es la existencia.

Arrastrado continuamente.
Trato de sujetarme,
pero el viento siempre me lleva.

Quisiera conocer el mundo,
pero parece que todo el esfuerzo es en vano.
Lo miro, pero por lo demás,
siempre lo veo con ojos de otro,
de un dios, de un libro, de un número o un muerto, por ejemplo.

Cambian los contornos del mundo, y las cosas cambian de significado.

Estoy en el parque, sobre el césped, contento con la existencia.
Escribo notas.
Cuando alguien se me acerca y me declara su enemigo.
Dice que le robo sus pensamientos.










miércoles, 8 de marzo de 2017

Yo te saludo nadie

Buenos días nadie, sé estás ahí.

Sé que existes,
que eres materia,
que tienes forma,
pero invisible.

En alguna parte del mundo muriendo,
allí estás,
naciendo,

quizá preguntando por mí,
como yo pregunto por ti,

Jamás  nos conoceremos.



 



A los que todavía no existen

Si improbablemente llegara a vosotros este legajo,

si queréis conocer a los que habitaban el mundo, sabed que

lo real estaba oculto.

Hay un  hombre atrapado en un quinto.
La mujer teme a las miradas,
como tantos que perdieron la belleza o nacieron sin ella
y se avergüenzan de sí mismos.
El dinero les encierra. Quiero decir, su ausencia.
La enfermedad les encadena.
Faltan las fuerzas,
han sido seriamente atacados por las demencias.
Duermen horas y horas.
Sus cuerpos se paralizan.

Allí están todos.

En sus cuartos. 

Y el exterior se repuebla con millones.
Y ni siquiera se saludan. 
Se desconocen, a veces se temen.

Y a pesar de todo, mantengo intactas mis esperanzas con los hombres.







Algunos detalles sobre el paraíso

Lo que ha ocurrido es lo siguiente,
no es que yo me haya desplazado al paraíso, sino que el paraíso ha llegado hasta mí,
hasta nosotros,

y sin embargo me encuentro inquieto y temo a los unos y a los otros.

Todo ha cambiado de forma.

Y  aquí no están mis amigos,
ni mi familia,

quizá nunca les vuelva a ver.








martes, 7 de marzo de 2017

Milagro

Todos los días llega a casa un sobre.

A mediodía el cielo se cubre,
y caen los millones por los aires.


Alguien llama a la puerta.

Soy inocente.

"¿Quién hará entonces el trabajo que nadie quiere?"

Me detienen.











Comparando precios

Dan ganas de viajar al otro mundo, al de los monos,
de cielo fosforescente.

Miro precios.

El daiquiri es la mitad y el doble.

¿Qué hago yo aquí? -Me pregunto.
Tengo la sensación de haber muerto hace tiempo.

Y allí,
los chimpancés tocan el ukelele para alejar el mal
bajo una palmera enorme.









Ha desaparecido todo, menos el hambre

La temperatura es agradable,
no es preciso que estrangule
ni desuelle a uno de mis vecinos para cubrirme con sus pieles.

Pero tengo hambre.

Han desaparecido los puñales,
el uranio enriquecido,
las refinerías,
y el metraquilato,

pero el apetito continúa.

Voy al frigorífico,
pero la nevera ya no existe.

lunes, 6 de marzo de 2017

Mi escuela de artes políticas

Donde pierdo la timidez y hablo en público, por primera vez.
Da igual si tartamudeo.
Ahora tengo el poder de la palabra.

Donde caigo de espaldas,
donde me rescatarás antes de que me destroce contra el suelo.
Donde proyectamos y fabricamos los inventos.

Donde las puertas se encuentras siempre abiertas.

Entra.

Aprende la amabilidad.

También eres el otro.










A Nelson Rockefeller

Quisiera, oh, monstruo, que jamás te disolvieras.

Debes permanecer con nosotros hasta el fin de los tiempos.
Te ofrezco la inmortalidad.
Un cuerpo plexiglás.
La memoria.

Sea entonces;
que ningún hombre o mujer te olvide.

Una placa en un barrio que te recuerde siempre:
un barrio de horrores.
Una figura de cera en un museo horripilante.
Una estatua. 
Un libro donde se cuente:

Vicepresidente.
Muerto a los setenta mientras follabas con tu secretaria de veintisiete.
Hay cuarenta y tres muertos cuyos nombres escribiste con sangre.
Tú, el que dió la orden de disparar contra los presos de la cárcel de Attica.

Ya no existen. Tú tampoco, pero yo ahora tengo ojos y rostro,
 aunque no sé durante cuanto tiempo,
 pero antes de caer en la nada, como los otros,
 escribiré de nuevo el informe de aquellos que llegaron antes:

Tú,

tendrás eternamente nuestra maldición.







domingo, 5 de marzo de 2017

El último español sobre la Tierra

Mi reino ahora es submarino.

Mis amigos, los vecinos, mis padres, Caín y Abel,
todos se han reunido en las profundidades.

Ya debe ser la hora de la cena.

Cómo podrán respirar, los pobres, sin branquias,
debajo del agua.

En la gran cena de los crustáceos,
los cangrejos deben estar comiéndose a los hombres.


viernes, 3 de marzo de 2017

Observo el trabajo desde casa.

Con el deseo, oh, pobre de mí, de que los dioses escuchen mis plegarias,
y me entreguen ese manto de dinero
que evite la caída en su fuego, que me consume,

pero no quiero solicitar nada a los dioses que siempren escuchan
y siempre conceden,
mientras ríen.

Oh, esa risa loca, que puedo escuchar cuando el desastre se produce.

La realidad me espera. 




jueves, 2 de marzo de 2017

Marzo

Escribo tu nombre varias veces, por si acaso fuera mágico,
para dar cierta alegría a mi deseos.
Oh, si me escucharas.

 ¿Y si no fuera el tiempo el causante de todos mis problemas?

Ya sabes, el tiempo, el que me envejece,
en que me enloquece, 
el me impide cerrar obra,

el que me agota.

Si el día tuviera las mil horas, 
se reiría de mí en la cara.
Pues le encanta reirse de los hombres,
antes de arrojarlos a lo más oscuro.

Si el día me entregara las mil horas,
invocaría de nuevo tu auxilio.

Y repetiría tu nombre un millón de veces.









Perpejidad.

Madrid se ha trasfigurado.
Nada queda de las acciones humanas.
Del ingenio.

Solo millones de hombres despertando entra la yerba.

El bosque se repuebla.
Donde antes se encontraba la avenida de la peseta, hay un rio.

Ni un solo edificio en la lejanía.

El miedo nos atraviesa.
Desnudos.
Teniendo, quizá, que empezar todo de nuevo.
Solos.

En cualquier momento podría aparecer una voz cavernosa en el cielo.

miércoles, 1 de marzo de 2017

Abandoné un pequeño monstruo, por llamarlo de alguna manera,
al tiempo que repetía las mismas mentiras de siempre
y que jamás cambiaría el mundo.

Sin embargo lo cambia.
Y  ahora está fuera de control.










¿Es esto el hombre?

Hablo con voz quebradiza,

mis gestos, tratando de contenerse,
muestran exactamente su contrario:

no es apariencia, es otra cosa.

Quizá el monigote.
El que lo revela todo.
La pura verdad.

La fragilidad de lo humano,
la necesidad insaciable de consuelo.

Todo cae,
las seguridades,
cualquier discurso de verdad razonable.
Aparece una pena enorme.
Un risa brutal,

Si, esto es el hombre.