martes, 15 de julio de 2014

Las cosas que siempre hay que hacer


Prepararme un té verde al despertar con tomillo,
una ducha fría, para separarme de los sueños
y escribir en este cuaderno todos los días, como una píldora, receta para acabar con  los males
Ir a correr, un poco, hacer alguno de los ejercicios del tai chi
para desentumecerme, 
para robarle algo de la energía al bosquecillo de pinos, enfrente del piso
Exprimir unos trozos del mundo, bebérmelos a grandes tragos, antes de que el tiempo llegue oxidando
y volver a escribir, a tiempo real, un articulito humorístico que revele alguno de los detalles del futuro.
Leer, 
tumbarme, cerrar los ojos un instante, 
pensar en mi obra de teatro, 
tomar notas.
Acariciar el tebeo inacabado 
al que solo le falta un punto final. 
Estudiar.
Ir en bicicleta.
Perder la vida. 
Despertar en una cama que no es mia.

¿Y ahora qué hago?








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