Calculo que en cuatro horas resucitaré
y se producirán algunos cambios en el mundo
pero que a nadie deberán interesarle lo más mínimo
En cuanto resucite
lo primero que haré
será mirarme en el espejo
y comprobar que soy yo mismo
Después, durante un instante imperceptible,
un terremoto hará temblar Mandril
y se me caerá el corazón al suelo,
pero no deberá importarme si se rompe
porque tengo pegamento
Más tarde guardaré mi corazón en el pecho
que verás cuando te apetezca,
con tan solo empujar suavemente la puerta
la puerta que permanecerá siempre abierta
(Recomendamos que la lectura de este pequeño poema sea lo más fiel posible a la realidad)
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