o que moriría congelado por el frío,
y sin embargo anda suelto por la ciudad,
desintegrando a los niños del futuro
con su fuego abrasador
en tan solo un instante,
y asustando a las viejas
Nos ocultamos de su mirada,
pero le encendemos velas en el templo
porque le amamos
No hay comentarios:
Publicar un comentario