jueves, 23 de octubre de 2014

Mi cuerpo es el templo

Mi cuerpo es, desde luego, el templo,
ya es hora de saberlo

y esas ganas siempre de los otros
de atravesarlo,
de poseerlo

y yo le miro
sorprendido todos los días
y me pregunto
por qué no ofrezco al dios de mi cuerpo

frutas
e incienso

acaso sea otro su dueño

Que breve y que poca luz desprende
el fuego
de un templo ardiendo

Nadie lo ve
yo no lo veo

quizá somos los ciegos

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