Alguien se alegra
¡Por fin ha encontrado trabajo!
El resto le felicitamos, yo le abrazo.
Observo su mirada
y solo encuentro la infinita tristeza.
Desde el mismo momento en el que uno decide ser poeta comienzan las dificultades: no sé francés, mi camiseta a rayas ha encogido, mi pipa ha desaparecido durante la mudanza.
Alguien se alegra
¡Por fin ha encontrado trabajo!
El resto le felicitamos, yo le abrazo.
Observo su mirada
y solo encuentro la infinita tristeza.
Imagino el futuro
como si de un parque de puertas siempre abiertas se tratara,
donde nadie es más y nadie es menos,
donde me dejo caer, sobre el césped,
como si del mismísimo Whitman se tratara.
En mis labios,
un tallo de hierba estival,
donde soy dueño de mi tiempo.
Leo junto al lago artificial,
esbozo el gran tebeo,
cierro los ojos mirando el cielo.