martes, 14 de junio de 2011

Desde que decidí ser poeta

Desde que decidí ser poeta
me propuse escribir al menos un poemita diario

Si la media fuese de tres poemitas diarios
cubriría el cuaderno con mil poemas al año

Habría alguno chulo, imagino

No tengo miedo a escribir poemitas que me lleven a la cárcel
o promuevan mi despido
o mi liquidación

pero hay poemas que me dan vergüenza,
los amorosos son especialmente delicados:
deberían escribirse en un lugar secreto que no leyera nadie,
podrían hacer daño
podrían hacerme daño

a los que amo
no debería escribirles poemas a escondidas
ni en luminosos libritos evanescentes
-otro día más de poesía encerrada en palabras o literatura-
a los que amo se merecen la viva voz
una poesía liberada
la vida cotidiana en marcha

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