Desde el mismo momento en el que uno decide ser poeta comienzan las dificultades: no sé francés, mi camiseta a rayas ha encogido, mi pipa ha desaparecido durante la mudanza.
¡Ooooh! ¡Qué bonito! ...así me dan ganas de hibernar a mí también...
¡Ooooh! ¡Qué bonito! ...así me dan ganas de hibernar a mí también...
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