De vez en cuando a través de mi botella lanzada al mar
llego a algún lugar
abro el tapón
y saludo al Sol
En mis paseos por la orilla
a veces encuentro a una chica de neutrinos
-un regalo de Solaris-
y entonces temo que pudieras desintegrarte
Cualquier pequeña turbulencia
un mínimo desequilibrio
podría hacerte inestable
y desaparecer
de tocarte sin temor a que te rompas en pedacitos imaginarios
de atreverse a decir cosas bonitas
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