domingo, 27 de noviembre de 2011

De vez en cuando a través de mi botella lanzada al mar
llego a algún lugar
abro el tapón
y saludo al Sol

En mis paseos por la orilla
a veces encuentro a una chica de neutrinos
-un regalo de Solaris-
y entonces temo que pudieras desintegrarte

Cualquier pequeña turbulencia
un mínimo desequilibrio
podría hacerte inestable 
y desaparecer

Se trata de no ser tan frágil
de tocarte sin temor a que te rompas en pedacitos imaginarios
de atreverse a decir cosas bonitas

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