Desde el mismo momento en el que uno decide ser poeta comienzan las dificultades: no sé francés, mi camiseta a rayas ha encogido, mi pipa ha desaparecido durante la mudanza.
miércoles, 7 de diciembre de 2011
Perdí los ojos
Perdí los ojos
porque alguien me lanzó un tomate
como una piedra
Y ahora
cuando leo un poema
no sé si me escuchan miles o nadie
Todo es posible,
pero lo importante
es siempre llevar a todas horas un casco sobre la cabeza
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