sábado, 17 de noviembre de 2012

El increible hombre creciente

Lee todo cuanto caiga en tus manos,
después,
abre la ventana y escucha los llantos del mundo

No tengas miedo.
Inyecta dosis masivas
de hormonas del crecimiento en tú cuerpo
y mírate al espejo.

Ahora ya sabes quienes eres.

Te falta aire.
Sal a la calle.

Tú piso es demasiado pequeño para ti
Tú barrio también
Tú oficina ha menguado
Tú fábrica también

La ciudad es insignificante,
las carreteras no te llevarán a ninguna parte
Puedes aplastar los automóviles con un dedo,  si te apetece

Pronto llegarán los soldados
y sus balas
y los altavoces de la ciudad  dirán
"¡Detente!"

Sigue tú paso
Nada pueden hacerte

No pierdas el tiempo escuchando a la comitiva
cuando venga a parlamentar contigo
Elimínales de un solo golpe

Ya no puedes volver atrás,
a tú pequeño mundo enfermizo
Mira a los hombres desde las alturas
como corren aquí y allá
asustados

No los desprecies

Algún día serán más altos que tú
y no podrán dejar de crecer

No caigas en la melancolía
No estás solo.

Busca a los chicos y las chicas que te gustan
más allá de las nubes





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