Si es que se marchitaran los árboles
y las gentes palidecieran,
si las ideas durmieran para siempre
en ese cirrocúmulo primigenio
olvidadas por los hombres,
olvidadas,
sin ser rescatadas por nadie
Para evitarlo, para evitar que la Nada
vaya empozoñando los aires,
dejemos que el Cisne Negro llegue a la ciudad
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