En cuanto el desasosiego llama a la puerta
ten cuidado si le dejas pasar
te seduce con maullidos sordos
y se enrosca al tobillo
hasta llegar al oido
y después da vueltas y vueltas sin parar
Pero ya no le temo
desde que construí en mi laboratorio
la máquina infalible
del todopoderoso humor
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