Desde el mismo momento en el que uno decide ser poeta comienzan las dificultades: no sé francés, mi camiseta a rayas ha encogido, mi pipa ha desaparecido durante la mudanza.
martes, 28 de febrero de 2012
¡No más cerebros fritos!
Me gusta ensoñar
que los rayos paralizadores de tus ojos
tratan de atravesar mi cerebro
-en vano-
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