No me apetece que te extingas
ni que te conviertas en nubarrón de un mundo de sombras
Incomprensiblemente hoy me he encontrado tan tranquilo
contigo y tus amigos,
tanto,
que las cajas eran asombrosamente livianas.
He despertado a tu lado
y que suave era tu pijama,
-ya no lo recordaba-
después todo ha sido coser y cantar
tus amigos amigables
y la solución a todos los problemas que me preocupan actualmente
¡No te conviertas en sombra!
¡Quiero que sigas siendo luciérnaga!
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