No, no es una chica la que se lleva tu energía
después de darte un millón de besos,
ni tampoco es un desconocido el que te arrebata la vitalidad,
y se sienta a tu lado en el metro.
Alguien nos absorbe la vida
y nos arroja a la cama
sin apenas ganas
No sabemos quién es,
si es un concepto,
o si tiene largas barbas blancas,
o si es el invierno,
o si simplemente, es una máquina.
Esta guerra debilitante,
que apenas nos deja fuerzas para amar
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