Es posible, pero es mejor que sea imposible,
que muera nada más nacer.
Dadme algo para asfixiarla, una almohada,
que tan solo quede un rostro azul entre las sábanas,
en un trozo de sueño,
en alguna palabra de algún texto vendido al peso.
Que no quede nada de ella,
por muy hermosa, por muy de carne que sea.
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