Quién es ella, la de los finos y gruesos labios,
y la de largas barbas y suave voz y grave,
microscópica como un gigante.
Es la del futuro, que ha llegado al presente,
porque este es su tiempo, dice.
Celebremos que un día la vimos caminando por el gran Mandril,
que la vimos respirando,
con esa esperanza de que si un día se partía en dos, volvería a nacer,
multiplicada.
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