Mi amor se encuentra en Solaris,
esperándome,
a un millón de millones,
de carne y deseos,
de sangre y neutrinos inestables
cualquier perturbación podría hacerla desaparecer.
Es, digámoslo así,
el regalo o el castigo que el universo ha entregado a los hombres que han fracasado.
Desde el mismo momento en el que uno decide ser poeta comienzan las dificultades: no sé francés, mi camiseta a rayas ha encogido, mi pipa ha desaparecido durante la mudanza.
lunes, 16 de octubre de 2017
Ser público
Parecía una estatua, que nada iba a pasar, que echaría raíces,
y que moriría más tarde arrugado por el mandato del tiempo
hasta alcanzar el olvido.
Me asusté cuando de mi boca salió un rayo,
cuando la nada comenzó a cubrirse de rostro.
Cuando arrastrado por la inmensa corriente, sentí,
que algo se quebraba,
y desde el mismo fondo del ser,
alguien estaba naciendo.
y que moriría más tarde arrugado por el mandato del tiempo
hasta alcanzar el olvido.
Me asusté cuando de mi boca salió un rayo,
cuando la nada comenzó a cubrirse de rostro.
Cuando arrastrado por la inmensa corriente, sentí,
que algo se quebraba,
y desde el mismo fondo del ser,
alguien estaba naciendo.
Para presentarnos a las elecciones del país
Ahora que hemos visto en el firmamento la centella
nos reunimos los poetas,
en la calle a ser posible.
¿Pero quienes somos?
Yo, de piel turquesa y mirada clara.
Usted, que aun no lo sabe.
Aquel, que perdió la esperanza.
Todos.
Veo en el metro a hombres y mujeres mirando a los suelos,
a la pantalla, al marciano que se escapa,
al espejo que devuelve un rostro macilento cuando atravesamos el túnel.
Todos.
Interpretando una sinfonía que nadie dirige ni escucha,
pero que existe, pero que podría ser otra,
que se cuela y brota en cada poro de nuestro ser.
Todos.
Y tenemos algo que decir.
Un testimonio que romperá un silencio de siglos.
nos reunimos los poetas,
en la calle a ser posible.
¿Pero quienes somos?
Yo, de piel turquesa y mirada clara.
Usted, que aun no lo sabe.
Aquel, que perdió la esperanza.
Todos.
Veo en el metro a hombres y mujeres mirando a los suelos,
a la pantalla, al marciano que se escapa,
al espejo que devuelve un rostro macilento cuando atravesamos el túnel.
Todos.
Interpretando una sinfonía que nadie dirige ni escucha,
pero que existe, pero que podría ser otra,
que se cuela y brota en cada poro de nuestro ser.
Todos.
Y tenemos algo que decir.
Un testimonio que romperá un silencio de siglos.
martes, 3 de octubre de 2017
Algunos dicen que el abismo ha llegado,
que una gigantesca brecha separa el aquí y el allá.
¿Esa es la frontera abisal de la que todo el mundo habla?
A mis ojos, no existe.
Sólo veo la realidad cambiando de forma, mutando.
Quisiera que esa nueva forma fuera dulce y atractiva,
que exudara la amabilidad que espero. El futuro no merece otra cosa.
Y entonces me asalta la intuición enorme,
que lo real sólo tendrá la forma que brote de mis labios y de mis manos.
que una gigantesca brecha separa el aquí y el allá.
¿Esa es la frontera abisal de la que todo el mundo habla?
A mis ojos, no existe.
Sólo veo la realidad cambiando de forma, mutando.
Quisiera que esa nueva forma fuera dulce y atractiva,
que exudara la amabilidad que espero. El futuro no merece otra cosa.
Y entonces me asalta la intuición enorme,
que lo real sólo tendrá la forma que brote de mis labios y de mis manos.
Los poetas se organizan 2
Algo apartaba las sábanas del lecho del moribundo,
abría mis ojos de poeta muerto,
tiraba de mi pecho, de mi pelo, de mi lengua,
y arrastraba mi cuerpo hacia el mismo centro del mundo.
Ese imán enorme, donde los poetas han de encontrarse,
tiene forma humana.
Nuestra Señora.
Ese algo dispuesto a existir.
El antagonista del infierno, al que me gusta llamar, Lo Atractivo.
Donde podría comenzar el sentido.
abría mis ojos de poeta muerto,
tiraba de mi pecho, de mi pelo, de mi lengua,
y arrastraba mi cuerpo hacia el mismo centro del mundo.
Ese imán enorme, donde los poetas han de encontrarse,
tiene forma humana.
Nuestra Señora.
Ese algo dispuesto a existir.
El antagonista del infierno, al que me gusta llamar, Lo Atractivo.
Donde podría comenzar el sentido.
Los poetas se organizan 1
De repente, fuimos vistos.
Un fulgor, iluminó durante un instante el infierno.
Y todos nos dimos cuenta,
de que era posible lo atractivo.
Un fulgor, iluminó durante un instante el infierno.
Y todos nos dimos cuenta,
de que era posible lo atractivo.
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