Me encontraba atrapado en un cuerpo liviano, atlético, como en la democracia futura,
ahora, en un lugar más viejo y lleno de polvo.
Atrapado en un trabajo, en un sueldo, muy alejado de la belleza
donde ocurren las cosas, lejos de lo libre, más cerca del abismo.
Y los años serpentean enroscándose al cuello hasta dejarme sin voz,
sin aliento.
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