miércoles, 29 de enero de 2020

Yo sé algunas cosas que me contaste, pocas

Que el yayo tocaba la trompa,
que del vientre de la yaya brotaron cuatro niños,
y que tuviste una hermanita de mirada marina,
quizá sin nombre y que se fue al limbo.
Nunca más volvió.

Que fuiste al preventorio,
¿verdad que fue en tiempos de la república?,
donde tenías que beberte ese vaso de leche
con tanta nata
que era imposible,
que te entraban ganas de devolver.

Me lo contabas y yo escuchaba esos asuntos
a medio camino
entre lo exótico y lo asombroso,

absorto.

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