49.
Forzando las circunstancias para investigar los signos, en este I Ching viviente.
El oráculo habla:
El lugar simplemente es, a pesar de la soledad y su belleza.
Ni siquiera me conmueve, pero me gusta.
El búho me sobrevuela al caer la noche.
Tiene curiosidad o hambre atrasada. Me divierte y el frío se levanta. Se ríe de mi.
Desde sus ojos parezco un gusano escondido en el saco.
La mirada, la mía, descubre las caras de la noche, sin Luna.
Qué es Madrid, su resplandor, sino un falso amanecer.
Imposible dormir.
El viento.
El día.
Todo lo que había imaginado para la mañana, se desintegra, por la prisa de la fuga.
Escapo de la belleza castigado por el frío.
Sólo quiero el café, las cuatro paredes de la cantina.
Pero no es la hora.
El mundo no comienza cuando yo lo quiero.
Así que busco el Sol, su calor y duermo y vuelvo.
¿Por qué me cuenta la vida la mujer de la cantina?
Me anuncias la desgracia.
La hemorragia.
Caen mis contemporáneos; la juventud.
Y las puertas del trabajo se me abren, como todos los días.
Desde el mismo momento en el que uno decide ser poeta comienzan las dificultades: no sé francés, mi camiseta a rayas ha encogido, mi pipa ha desaparecido durante la mudanza.
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miércoles, 26 de julio de 2017
jueves, 20 de julio de 2017
¿Qué broma es ésta?
49.
Tengo un año para pensar el qué hacer,
si comprar un martillo y destrozarlo todo,
o afeitarme y continuar por el descenso, sin pensar en nada.
Y sin embargo, existe la posibilidad del esplendoroso crepúsculo.
Ese territorio viscoso, en equilibrio,
donde reír a carcajadas porque he dejado de hacer el canelo.
Ese lugar donde se va muriendo, y donde yo,
paradójicamente, resucito.
Tengo un año para pensar el qué hacer,
si comprar un martillo y destrozarlo todo,
o afeitarme y continuar por el descenso, sin pensar en nada.
Y sin embargo, existe la posibilidad del esplendoroso crepúsculo.
Ese territorio viscoso, en equilibrio,
donde reír a carcajadas porque he dejado de hacer el canelo.
Ese lugar donde se va muriendo, y donde yo,
paradójicamente, resucito.
(Poemas de transición hacia un esplendor en el crepúsculo)
Digámoslo claro, hemos hecho el canelo.
No hay más remedio, hay que hacer siempre el canelo,
pero tampoco es cuestión de pasarse.
Ayer una mujer me dijo que se sentía estafada por la vida,
pero qué es la vida sino un mero engaño,
el truco,
un ágil movimiento de manos,
un claro ejercicio de hipnosis,
donde de repente, cuando quieres darte cuenta, todo ha acabado,
pero esto, ya lo sabemos todos.
La vida en un mogollón de fuerzas atravesándote,
tratando de destrozarte,
de abandonarte.
Moviéndose por todo el cosmos, como una gran masa verde voluptuosa
que gira sobre sí misma, hasta envolverte.
A veces duerme latente esperando el dedo que active la siega de pueblos enteros
o eleve a seres insignificantes al espacio,
más allá de las nubes,
como si todo hubiera sido un sueño.
Abres la boca y es otro el que habla,
¿son estas mis palabras o es el gran hipnotizador, el que no tiene rostro, el que mueve mis labios
y ni si siquiera sabe que dice?
Y aquí me encuentro, en este abrir y cerrar de ojos.
Tengo el tiempo suficiente para escribir esto antes de irme al trabajo,
pero no sé lo que significa,
si es que la existencia tuviera algún significado.
No hay más remedio, hay que hacer siempre el canelo,
pero tampoco es cuestión de pasarse.
Ayer una mujer me dijo que se sentía estafada por la vida,
pero qué es la vida sino un mero engaño,
el truco,
un ágil movimiento de manos,
un claro ejercicio de hipnosis,
donde de repente, cuando quieres darte cuenta, todo ha acabado,
pero esto, ya lo sabemos todos.
La vida en un mogollón de fuerzas atravesándote,
tratando de destrozarte,
de abandonarte.
Moviéndose por todo el cosmos, como una gran masa verde voluptuosa
que gira sobre sí misma, hasta envolverte.
A veces duerme latente esperando el dedo que active la siega de pueblos enteros
o eleve a seres insignificantes al espacio,
más allá de las nubes,
como si todo hubiera sido un sueño.
Abres la boca y es otro el que habla,
¿son estas mis palabras o es el gran hipnotizador, el que no tiene rostro, el que mueve mis labios
y ni si siquiera sabe que dice?
Y aquí me encuentro, en este abrir y cerrar de ojos.
Tengo el tiempo suficiente para escribir esto antes de irme al trabajo,
pero no sé lo que significa,
si es que la existencia tuviera algún significado.
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