martes, 19 de julio de 2011

Olor

Antes de embarcame en mi bicicleta para ir al trabajo
antes de que alguien se llevara otra vez la rueda
volví a a la cama y cerré los ojos

entonces me llegó un olor

Me duché
regué las plantas
y fuí en bici a la estación de tren

y volvió el olor

No sé si era agradable o desagradable
pero creo que eran las feromonas en flor

19 comentarios:

  1. Es curioso lo poderosos que son los olores, con el poco caso que les hacemos a veces. Ojalá pudiésemos captarlos, retenerlos y clasificarlos todos. ¡Yo quiero un banco de olores, para evocar recuerdos y sensaciones a voluntad!

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  2. Se graban imágenes y sonidos, como la lluvia en un día de aguacero, unos aplausos, o las voces de los que ya han muerto, se almacenan semillas en indestructibles almacenes cerca del ártico, pero es verdad, hace falta ya, si, un banco de olores y un banco de tactos. Aunque algo de miedo si que da, porque es como si supieramos que puedieran desaparecer

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  3. No, no, mejor no pensar en que pudieran desaparecer... el banco sería para fomentar nuestros recuerdos involuntarios. A mí la mezcla de cloro, aligustre y aceite de coco me lleva ipso facto a mi infancia. ¡Qué mejor que poder viajar en el tiempo a voluntad con sólo un pequeño olisqueo!

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  4. ¡Menuda máquina del tiempo! A mi me retrotraen al pasado el césped recién cortado (aunque me marea un poco) cuando rodaba ladera abajo en las zonas ajardinadas junto al cole y el maravilloso olor a tierra mojada

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  5. ¿Y no será el mareo también un recuerdo involuntario de la sensación que tenías después de rodar?
    El olor a tierra mojada es uno de mis olores favoritos...

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  6. Si! eso seguro! El olor a césped recién cortado no es un olor favorito, pero me recuerda a entonces. Una vez estuve segando lo que llaman malas yerbas (que a mi me gustan mucho) con una guadaña y una hoz. Creo que es un olor doloroso. Ninguna planta desea ser cortada.

    pero los dias de lluvia, o cuando la lluvia se acerca... es tan fabuloso el olor. A mi me huele a vida! He plantado unas calabazas y tomateras y un manzanito en el pequeño balcón, y me huele así. Sin proponérmelo tengo un banco de olores en casa

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  7. Me acuerdo que, de pequeña, leí una historia de Roald Dahl que me impresionó mucho, y que se me ha quedado tan dentro, que me la he terminado creyendo. Un hombre creaba una máquina que amplificaba el sonido de las plantas. Así, podía oír el grito de dolor de las rosas al ser cortadas, o el de un árbol al clavarle un hacha. Yo, en mis pesadillas, no hacía más que imaginarme cómo sería aquel grito.

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  8. Ahá, no lo dudes, algunas plantas desprenden mal olor al ser cortadas. Yo he llegado a escuchar el grito de las plantas al ser maltratadas, sobre todo de pequeño. Nunca he soportado que se machaquen las plantas por diversión, incluso la poda me ha fastidiado algo ¿Existe la poda en la naturaleza?. recuerdo de pequeño haber visto un corto en la tele de un tipo que conseguía hablar con las plantas, y que acabó aislándose con ellas...al parecer agua y sol. La verdad´, me impresionó.

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  9. Yo también he escuchado los gritos de las plantas al arrancarlas. Aún hoy, a veces, me produce cierta desazón. Me incomoda la poda. Me molesta el (mal)trato a las plantas como si fueran objetos. También hay una historia que recuerdo de pequeño: era un cortometraje,en donde un hombre se conseguía comunicar con las plantas. Finalmente acaba aislándose, negando la compañía y refugiandose en las plantas. Al final solo quería sol y agua.

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  10. No me extraña nada... a veces creo que yo terminaré así, aislada en la naturaleza... no me puedo imaginar mayor paz y tranquilidad que entre plantas...

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  11. Vivir en paz y tranquilidad rodeada de plantas...¡pero no te aisles!

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  12. Pues más de una vez me lo he planteado (aislarme, digo), pero creo que echaría enseguida de menos el contacto humano, sobre todo el contacto físico. Sin roce, sin abrazos, besos y caricias no creo que pudiese vivir.

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  13. Es que no se puede vivir. Mira que cita tan interesante: "Cuando se realizaron estudios intensivo para hallar su causa se descubrió que con suma frecuencia sus víctimas eran niños criados en los mejores hogares y hospitales, que en apariencia recibían los mejores ciudados físicos, mientras que los hijos de hogares pobres con una buena madre, a pesar de la falta de condiciones higiénicas, superaban amenudo los obstáculos físicos y crecían bién. Lo que faltaba en el ambiente esterilizado de los niños de la primera categoría, lo que se proporcionaba generosamente a los de la segunda, era el amor materno" ¿Qué es el hombre?- Ashley Montagu.

    Está comprobado que las caricias y los abrazos y salud en los niños son directamente proporcionales, y la verdad, no creo que seamos muy diferentes a los niños.

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  14. Desde luego, mi salud mental mejora muchísimo cuando recibo caricias y abrazos, y también cuando encuentro a alguien a quien dárselos.
    Curiosamente, de niña era mucho más arisca, llegando incluso a estampar una vez un bloque de madera en la frente de mi bisabuela cuando me quiso dar mimos.

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  15. Estoy convencido de ello, que los abrazos y las caricias deberían ser parte del sistema sanitario futuro. Además si la salud mental mejora muchísimo con las caricias también mejora la salud física y viceversa porque en realidad ¿no es lo mismo? Así que no esperaremos al sistema sanitario futuro. Habrá que construirlo ya.

    Yo también recuerdo de pequeño cuando una de mis hermanas me acarició el pelo, yo dejé clara mi desgana. Ella me dijo que ya me gustaría de mayor. ¿Qué cara puso tú bisabuela?

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  16. Sí, claro que es lo mismo. La mente es una parte del cuerpo, ¿no? Aunque a veces creo que es más bien el cuerpo una parte de la mente... no sé, no lo tengo tan claro...

    No sé la cara que puso mi bisabuela, porque no recuerdo el episodio en cuestión. Es una historia que me han contado varios familiares. Sí sé que le hice un chichón, así que imagino que no le hizo mucha gracia, porque tenía más bien poco sentido del humor.
    ¿Tuvo razón tu hermana?

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  17. Al final tuvo razón mi hermana. Quizá yo fuera era muy celoso de mi espacio vital, que por cierto, casi casi se circunscribía a mi cuerpecito.

    Que anécdota tan divertida la tuya

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  18. Yo sigo reaccionando de forma arisca, casi violenta a veces, y otras esquiva, cuando alguien invade mi espacio vital sin mi consentimiento.

    Yo creo que fue un temprano acto de rebelión, no sólo contra la invasión de mi espacio vital, sino también por el hecho de que yo estuviese metida en un parque, que para mí era como una jaula.

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  19. Es que salvaguardar el espacio vital muchas veces es un acto de dignidad, para no dejar de ser uno mismo, con cuidado, para no volvermos locos, más que nada porque en ocasiones es un acto subjetivo e incomprensible para el otro

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