Si de repente,
al cumplir cuarenta y seis
dejas de pensar,
no temas
todavía no estás muerto
Lo que ocurre es que te encuentras paralizado
porque un enorme garabato, como una espesa niebla,
cubre ahora la ciudad como un embrollo.
Y se aproxima a ti,
y te lía y te enreda
y se te abren las puertas de los tubos angostos
ay
Y te preguntas qué eso,
ese garabato
que desciende sobre ti
y te envuelve
No lo sabes,
quizá sea la vida,
probablemente la vida.
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