Esa densa niebla
apoderándose de la ciudad,
convirtiéndolo todo en noche
Esa noche donde nadie es visto,
donde nadie ve a nadie
Ese deseo de muerte,
esa desgana,
donde a nadie le apetece la vida
Esa noche tan oscura
donde nada hay más que la noche
Y de repente, alguien, en algún lugar,
enciende la cerilla
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