Desde el mismo momento en el que uno decide ser poeta comienzan las dificultades: no sé francés, mi camiseta a rayas ha encogido, mi pipa ha desaparecido durante la mudanza.
lunes, 16 de febrero de 2015
Sileno en Mandril
Me encuentro al Sileno grande, caído en las calles.
Se sostiene en mi,
viejo,
como si yo fuera un báculo.
Vamos a casa.
Nos reímos.
Al día siguiente, ya tarde, a mediodía, se despide.
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