Atravesar el subsuelo,
hasta encontrar esa especie de hombres,
reunidos en el centro.
Enormes frutales.
Comunidad e individuos, como si fuese la misma cosa.
Y yo voy y me enamoro de la mujer barbuda.
Volver al mundo, a la mirada todos,
antes de que desaparezca.
Empezar sembrando guisantes gigantes.
Maravilloso y terrible, si no fuera porque solo es un tebeo pasado de moda,
escrito con la mano izquierda.
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