ni siquiera si me tuvo en brazos en algún momento
o si dio el salto al abismo antes de que yo naciera.
La bruma del olvido le envolvió muy rápido.
A punto está de comérselo,
de no dejar nada,
ni unas migajas para recuerdo.
apenas puedo verlo.
Pero tengo dos fotos
y cuatro palabras de mis hermanos
anotadas en el teléfono.
El yayo, asomándose de entre la bruma del olvido |