Como cuando de repente
un domingo
llegaste arrebatadora
Entonces me despeiné un poco
y me agarré a la mesa
al comprender
que la ola
en toda su magnitud
podría hacerme perder los calzoncillos
Después me tranquilicé un poco
Creí creer
que todo era un juego
Y de repente
otro domingo
vas,
y apareces aquí y allá
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