sábado, 12 de enero de 2013

No es que sea feliz


Simplemente ocurre que un instante de luz salió del Sol
hace apenas ocho minutos
y recorrió Mandril por los aires
hasta atravesar la ventana del piso

y nos encontramos

justo después de levantarme de la siesta
al encaminarme con un té hacia el salón.

Yo no quería escribir.
Yo solo quería hacer las cosas que tengo pendientes;
recoger el piso, salir a correr, estudiar, dibujar, poner en orden todos los desastres

pero ha llegado un rayo que debió salir hace ocho minutos del Sol
que no iba destinado a mi
cuando nos encontramos por casualidad

y ahora ya no sé donde está
ni si me apetece continuar con mis planes





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