viernes, 11 de octubre de 2013

Abro una puerta y descubro que estás allí

Abro sin querer una puerta y descubro que estás allí
pero tú no me ves. 

Y de repente me falta el aire.

Comienzo a imaginar sucesos, 
pequeños milagros, 
reconstrucciones mágicas de la ciudad, 

y de repente, mi vida toma una bifurcación que yo no esperaba.

Y nos lanzamos enloquecidos al vacío,
sin saber cuando llegaremos a la Nada.

Habremos dejado en Mandril algunas huellas, 
quizá no importen a nadie,

quizá permanezcan indelebles durante miles años





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