domingo, 3 de noviembre de 2013

A las faldas de la montaña artificial

He llegado al futuro hace un momento,
todavía en pijama.

Alguien ha construido una descomunal montaña,
y a su falda,
descansan los cuerpos de los muertos.

Bajo enormes bloques de hormigón duermen,
y yo me aproximo a la tierra para escuchar los murmullos de sus pasados,
cuando eran hombres,
alegres,
cuando estaban vivos.

Pero no oigo nada.

Pregunto por ellos a quienes viven próximos a la montaña,
pero nadie sabe.
Se mudaron hace poco a sus pies
y mañana
volverán a encaminarse a otro lugar,
a otro hogar,
empujados por la fuerzas terribles de la necesidad.

Pregunto por ellos al aire.
Pero el aire está preso y no puede escapar,
quiere decirme,
pero apenas puede balbucear.

Pregunto por ellos a las horas
y el tiempo me dice que no lo tuvieron,
que se lo robaron

Y rebusco entre papeles y legajos su historia.
Pero nadie escribió sobre ellos.
Nadie sabe.
Es como si jamás existieron









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