que atravesaba de una sola zancada pueblos y ciudades,
alegre
e indestructible.
No sé que habrá sido de él,
si habrá caído de bruces contra el suelo
muerto en mitad del bosque,
si encontraremos su esqueleto de ballena varada en la montaña,
o si continuará caminando.
Si, caminando habrá dado varias vueltas al mundo
con sus pasos gigantes.
Pero es que yo no le he vuelto a ver.
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