miércoles, 8 de enero de 2014

Sobre el asunto de la hipnosis

Si quisieras hipnotizarme
podrías hacer conmigo lo que te apetezca,
mover un dedo
y llevarme a tus labios, por ejemplo,
o envolverme en pólvora y cinta aislante
y enviarme a cumplir tus deseos.

Podrías hacerme beber el suero de la verdad
y abrir mi cabeza por la mitad para ver esas mujeres
que bailan y bailan dentro

y yo reiría en las fiestas
y vería cosas horripilantes,
porque si, porque estoy hipnotizado,
me faltaría el aire
y me descubriría una noche cenando con tus padres
en la playa,
con los calzoncillos bajados hasta las rodillas
con tan solo un gesto tuyo
y tus ojos
me arrastrarán a la cama
donde me esperas

Si me hipnotizas perderé la voluntad
y me convertiré en un hombre normal,
seré querible, amable, besable,
después, cada mañana,
iré a comprar el pan

y despertaré de la hipnosis
un segundo antes de explotar



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