Me preparo para la huelga y me perfumo,
ordeno y recojo el piso.
Guardo en el bolso agua y frutos secos,
la cámara de fotos que destruye la barbarie
y una pequeña cacerola
Me acerco a la asamblea.
Después, con la bicicleta voladora llegaré al centro de Mandril
Me gustaría encontrarme con mis amigos
e ir cerrando los bares un minuto después de medianoche.
Si alguien me acogiera,
me quedaría a dormir en el suelo o en el sofá,
para despertarme en la madrugada
y
amanecer en el segundo piquete bicicletero de la historia
Escribiré las primeras direcciones en mi lista amarilla de comercios amarillos
algunas pintadas,
alguna manifa aquí y allá,
agotamiento
Más allá no puedo ver los minutos con claridad
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