pero que no le mate,
que le arrastre fuera de las turbulentas aguas de los miedos
donde le gusta permanecer,
donde le gusta permanecer,
y pasemos la mañana empapados,
entre silencios y algunas risas
mientras nos despojamos de las ropas y nos secamos al sol
y a la noche dormir juntos,
muy cerca,
como dos amantes
sin temor
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