Vivías en el espacio,
solo,
sin aire,
y has decidido encaminarte a Mandril
en busca de hombres y mujeres,
de las palabras,
pero la puerta de la ciudad está cerrada.
Necesitas unas llaves para poder abrirlo todo,
pero pesan demasiado.
Si te llamaras futuro, quizá,
serías más liviano.
Si te llamaras futuro, quizá,
serías más liviano.
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