y sin embargo el día se me ha antojado maravilloso.
Durante las últimas veinticuatro horas
me he encontrado especialmente dulce y amable,
poseído por una embriagadora felicidad
a pesar de no haber dormido lo suficiente.
Y allí estaba yo;
dejando en cualquier lugar
riachuelos amigables
sin saber en qué mares desembocarán
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