pero le quedaba muy grande el traje,
solo deseaba escapar del infierno.
Había permanecido en silencio largos años
y cuando por fin se atrevió a hablar,
se asombró que sus palabras
decían exactamente lo contrario.
Ensoñaba escapar de la cueva donde nació
para descubrir la realidad
pero se entristeció al comprobar que no tenía ojos
y se adentró en el mundo
a tientas
hasta ser devorado por el fuego
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