El espíritu de lo moderno ha llegado a la ciudad de nuevo,
construyendo una fábrica de tristezas de nombre paradójico; "Las Suertes,"
que necesita cuerpos para aislarlos.
Cuerpos, para producir soledades en serie y caídas.
Allí han muerto los tenderos y los encuentros,
pero es fácil llegar a tiempo al menú de albóndigas a 3,95 del Ikea.
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