jueves, 7 de abril de 2011

Tarde de abril

Solicité un dia libre.

Y no fué para cuidar a mi madre con alzeheimer
ni para pasear sobresaltado con una chica que me gusta
ni para gestionar mi vida

Ni siquiera disfruté del dia con el fin de cambiar el mundo

Me concedieron un dia libre
para que pudiera asistir a la presentación de un libro
de Ramón Fernández Durán

Y cuando llegué a Círculo de Bellas Artes
no me dejaron pasar

Di un pequeño paseo

Compré dos libritos que jamás compraría
traté de hacerme con unas semillas de María
y descubrí un hermoso huerto urbano, en el mismo centro de Mandril

"Quizá este descubrimiento cambie mi vida"-pensé-
y volví a casa

pero de camino,
se me ocurrió llamar a un colega
para saber si ya estaba despedido

No estaba despedido

Así que me tomé unas cervezas con él
y di cuatro,
exactamente cuatro caladas
a un cigarrito de hachís

y volví a casa en metro

pero antes
fuí en busca de la bicicleta

¡Pobre bicicleta!
Sin ruedas
ya no es una bicicleta

Decididamente;
los ladrones de ruedas de bicicleta
ladrones de pobres

Pero no sentí nada

No sentí ira
ni enfado alguno

y eso me sorprendió

Y ya de madrugada
sin autobuses nocturnos ni nada
atravesando solitarios parques oscuros
tuve miedo

Y llegué a casa

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