Solicité un dia libre.
Y no fué para cuidar a mi madre con alzeheimer
ni para pasear sobresaltado con una chica que me gusta
ni para gestionar mi vida
Ni siquiera disfruté del dia con el fin de cambiar el mundo
Me concedieron un dia libre
para que pudiera asistir a la presentación de un libro
de Ramón Fernández Durán
Y cuando llegué a Círculo de Bellas Artes
no me dejaron pasar
Di un pequeño paseo
Compré dos libritos que jamás compraría
traté de hacerme con unas semillas de María
y descubrí un hermoso huerto urbano, en el mismo centro de Mandril
"Quizá este descubrimiento cambie mi vida"-pensé-
y volví a casa
pero de camino,
se me ocurrió llamar a un colega
para saber si ya estaba despedido
No estaba despedido
Así que me tomé unas cervezas con él
y di cuatro,
exactamente cuatro caladas
a un cigarrito de hachís
y volví a casa en metro
pero antes
fuí en busca de la bicicleta
¡Pobre bicicleta!
Sin ruedas
ya no es una bicicleta
Decididamente;
los ladrones de ruedas de bicicleta
ladrones de pobres
Pero no sentí nada
No sentí ira
ni enfado alguno
y eso me sorprendió
Y ya de madrugada
sin autobuses nocturnos ni nada
atravesando solitarios parques oscuros
tuve miedo
Y llegué a casa
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