Me encontraba con Ángel y unas cervezas
y ya estaba deseando llegar corriendo a casa para saber si tenía noticias tuyas
Me doy cuenta de que es del todo absurdo
que te has dejado abierto ese cuadernito tuyo
y yo trasteando en él
ese parpado
ese ojo cerrrado que lo vé todo
ese nombre misterioso y melancólico
esos golpecitos suaves llamando a mi puerta
¿Es absurdo llegar casi a las cuatro de la madrugada a casa, y, a pesar del cansancio y el sueño, encender el ordenador antes incluso de quitarme los zapatos?
ResponderEliminarYo hace tiempo que no soy capaz de acostarme sin revisar mi bandeja de entrada... creo que me estoy enganchando a algo, y aún no sé a qué...
Parecen absurdas tantas cosas...escudriñar cejas en el metro, en la calle, en el trabajo. El quince de mayo fué el primer día que miré con atención una ceja, me acuerdo perfectamente, fué un rato antes de la mani. Digamos entonces que no es del todo absurdo; si se observa desde fuera es la mar de simpático. Desde dentro puede llegar a ser absurdo si se racionaliza, bueno, quizá no tanto.
ResponderEliminarSí que puede ser simpático, sí... a mí me extrañaría que alguien se quedase mirando fijamente mi ceja... y probablemente también me quedaría dándole vueltas a la razón de semejante atención...
ResponderEliminarA partir de ahora yo iré escudriñando miradas, por si alguna se fija durante un segundo más de lo normal en mi ceja...