Y no sé por qué hablé,
no sé por qué dije que estaba de acuerdo con las subvenciones a los poetas.
Entonces sucedió.
Empecé a tartamudear.
Ni siquiera me salían las palabras.
Perdí el control de la mirada,
como siempre,
cayeron los papeles al suelo.
La interrumpí.
Era muy guapa.
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