jueves, 18 de diciembre de 2014

Sabré que eres tú, porque no tendré miedo.

Desciendes sobre mi,
silenciosa,
en tu platillo volante de los años 50´

y me saludas desde lo alto.

"¿Te vienes a casa?
Está sin barrer y algo desordenada"

Abrimos una botella de vino.
Yo pierdo la vergüenza
y tú pierdes las bragas.

- "¡Qué mona eres!"
- "¡ Y tú un mono que habla!"

Me asombro de varias cosas;

- De tus ojos fosforescentes
- De que es imposible ocultar nada
- De tu mundo lejano
- Del compartir las mismas palabras

- De que te irás

- De que me gustan las marcianas.


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