Desciendes sobre mi,
silenciosa,
en tu platillo volante de los años 50´
y me saludas desde lo alto.
"¿Te vienes a casa?
Está sin barrer y algo desordenada"
Abrimos una botella de vino.
Yo pierdo la vergüenza
y tú pierdes las bragas.
- "¡Qué mona eres!"
- "¡ Y tú un mono que habla!"
Me asombro de varias cosas;
- De tus ojos fosforescentes
- De que es imposible ocultar nada
- De tu mundo lejano
- Del compartir las mismas palabras
- De que te irás
- De que me gustan las marcianas.
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