sábado, 2 de mayo de 2015

Cuarto día: despertar comunista el uno de mayo

Todavía agotado por mi conversión en bicicletero,
y ahora, he de transformarme en comunista.

Huyo asustado del piso,
antes de que la entropía se abalance sobre mí y me destruya.

Busco en Legazpi a mi virgencita, Nuestra Señora,
la que nos ama a todos,
pero solo encuentro a Germán.

Inmediatamente comienzan a caer botes de cerveza del cielo,
y me aparto
como si hubiera visto al mismísimo Satán.

Llegar a casa,

y encontrar el fin del mundo mirándome a los ojos sin piedad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario