Algún día llegará, aquel que destruirá la biblioteca.
entonces, tendremos que rodearla con nuestros cuerpos,
y levantar algunas barricadas en el exterior,
estaremos dispuestos a morir en ella, parece mentira,
con lo cobarde que he sido siempre,
y ahora, aquí me encuentro,
arriesgando mi vida por salvar algunos libros.
Nos juramentamos, para morir entre las llamas si es que aquel, trata de incendiarla.
Y sin embago, el mal llega cuando menos lo esperamos,
cerrando la biblio en vacaciones,
por obras, para siempre,
o poniendo un taquillero a la entrada.
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