Abraham te iba a degollar.
Entonces, la diosa Razón dijo "¡Detente!"
Habló por tu boca,
y hablaste por primera vez,
y hablaron todos aquellos a quienes arrancaron la lengua
y perdieron el rostro.
y el sacrificio se detuvo,
y La Tradición ardió como un muñeco de paja.
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