Vivo en un tiempo que disuelve todo lo que toca.
Por la noche escucho la carcoma devorando el mundo,
los deseos y los sueños. La vida. Todo lo besable.
El presente se me antoja irreal,
como una máscara. Tras ella, seguramente habita un loco.
Y aun así, todavía es posible.
Una brizna de hierba del estío crece en la tierra yerma de la Nada.
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