lunes, 19 de octubre de 2015

Mi Señora en la clandestinidad

Te persiguen.

Llegas empapada, amor mío, ayer llovió mucho.
Ven, toma un té conmigo, duerme en mi sofá,
abre la ventana,

lanza susurros en la noche
para que llegue al gran oído del mundo,

esto es, palabras que todos odian, nadie sabe por qué,
y que salvarán a los hijos,

provoquemos con la mente las conciencias,
hagamos juntos un ataque psíquico,

escribamos en el blog, enloquecidos, invitemos a otros al frenesí,
durante este episodio.

Ay, mi Señora,
escribes cuando todos duermen panfletos de color rosa,

lancemoslos en lo oscuro.




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